Algo de historia
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En los primeros años después de la guerra, comienza a germinar lo que hoy es el Famulato Cristiano. Ha sido un largo camino no excento de dificultades y críticas ni de problemas económicos. Pero, cuándo ha sido fácil el "seguimiento" del Señor?, y mucho menos si pensamos que Dios elige como colaboradores "aquellos que en el mundo no cuentan" (1 Cor 1,28).
Inmediatamente después de la guerra el Padre Barberis había apoyado la iniciativa del cavalier Danesino para la creación de un "Asilo Materno" para madres jóvenes. Esto le permite descubrir que gran parte de las madres solteras eran personas del servicio. Aconsejado del cardenal Richelmy, analizó el problema, también en otras naciones europeas, llegando a la conclusión que el 75% de las maternidades ilégitimas eran personas del servicio doméstico. En 1921, con la colaboración de personas dedicadas al apostolado, da inicio al "Famulato Cristiano" para formar cristiana y profesionalmente las jóvenes que realizaban su trabajo en las familias. Las reúne en asociación parar tutelar sus derechos, abriendo en etapas sucesivas, una sede estable come centro de apoyo, de defensa y seguridad para cualquier inconveniente. A las empleadas domésticas indicó el ideal del apostolado cristiano en el àmbito familiar y propuso el "culto del servicio" che caracterizó toda su vida y que es el carisma de la Congregación religiosa, inspirado en el servicio que ofreció Jesús lavando los pies a sus discípulos, en la preparación del alimento a orillas del lago de Genezaret y, en el misterio de la Visitación de Maria Santissima a su prima Isabel: ejemplo de servicio sencillo y disinteresado, pero sobretodo portador de Jesús, el Salvador. Las Hermanas del Famulato Cristiano, siguiendo y actualizando el objetivo primario de su fundación, continúan dando una respuesta articulada a los problemas de la famiglia: desde la formación humana y cristiana a la pareja, a la formación de una paternidad responsable, a la educación de los hijos, hasta ocuparse de la condición de vida de los ancianos. El Padre Barberis no pudo ver el inicio de la actividad misionera, que tanto deseó desde la preparación al sacerdocio, realizada después en Colombia por las Hermanas en 1971. El, de hecho muere en Turin el 24 septiembre de 1967, pocos meses después de haber celebrado los 60 años de Misa y pocos dìas después de la inauguración de la Iglesia dedicada "a Jesús", al lado de la Casa general de las Hermanas, iglesia de él deseó, proyectó y siguió en su construcción y, en la cual reposa su cuerpo, después de tantas fatigas y sufrimientos. |